Durante las vistas públicas sobre la reforma fiscal, el comunicador de Somos Pueblo, Ricardo Ripoll, lanzó duras críticas contra los legisladores, acusándolos de no representar los intereses del pueblo dominicano y vivir en una “burbuja económica” ajena a las realidades de la mayoría de los ciudadanos.
Ripoll subrayó que los dominicanos no están en contra de pagar impuestos, pero demandan que las medidas sean justas y acordes con la situación económica de la población. “Yo quiero pagar impuestos, pero no estoy hablando solo por nosotros, sino por todos los dominicanos”, afirmó.
En su intervención, Ripoll criticó duramente las propuestas de la reforma, mencionando de forma irónica cómo se pretende grabar incluso a los productos más básicos: “¿Cómo van a grabar hasta una caja de muerto? ¡No dejarán ni llorar al muerto tranquilo!”. También mostró preocupación por el Impuesto al Patrimonio Inmobiliario (IPI), cuestionando qué hará la Dirección General de Impuestos Internos (DGI) cuando, en año y medio, el 70 % de las personas no puedan pagar sus impuestos debido al aumento en el valor de las propiedades.
También abordó la necesidad de aumentar la lista de productos exentos en la canasta básica, cuestionando que el agua potable, un recurso esencial, pueda ser gravado. En su lugar, propuso grabar productos que realmente impactan negativamente al medio ambiente, como los plásticos de un solo uso y el foam. “Al final, se recaudaría lo mismo”, señaló.
Con un tono firme y desafiante, Ripoll continuó criticando el espacio del congreso, calificándolo como “una farsa” y cuestionando la representatividad de los legisladores. “Este no es el espacio, ustedes representan sus intereses y las líneas partidarias”, afirmó, agregando que su consciencia no le permitiría validar el proceso como legítimo, ya que “este espacio no se puede validar”.
El comunicador también hizo referencia a experiencias pasadas, destacando que el aumento en las tasas fiscales en productos específicos terminó resultando en menos ingresos para el fisco, una advertencia sobre los posibles efectos negativos de la reforma. También denunció que, en una reunión privada durante las vistas públicas, se otorgó una excepción fiscal a la iglesia cristiana, cuestionando la legitimidad del proceso.
Concluyó su intervención exhortando a “sacar esta reforma de aquí” y comenzar un verdadero diálogo consensuado con todos los sectores de la sociedad. “Esta reforma es una locura”, sentenció Ripoll, dejando claro que la propuesta fiscal actual no cuenta con su aprobación ni con la de muchos ciudadanos que ven en el proceso una falta de representatividad.
