Preocupación Por La Muerte De 6 Niños Quemados En Incendios De Viviendas En Los Últimos 15 Días

En los últimos 15 días, República Dominicana ha sido testigo de una serie de tragedias que han conmocionado a la población: la muerte de seis niños en incendios que destruyeron sus viviendas. En todos los casos, los menores se encontraban solos cuando ocurrieron los siniestros, lo que ha generado un llamado urgente a la responsabilidad y cuidado por parte de padres y tutores.

El caso más reciente ocurrió en Villa Hermosa, provincia La Romana, la noche de Nochebuena, cuando una bebé de seis meses murió calcinada. Su madre, Ana Daly Cordero, de 16 años, había salido a buscar agua en casa de un familiar, dejando una vela encendida que originó el incendio.

Otra tragedia tuvo lugar el pasado 18 de diciembre en Santiago, donde dos hermanitos de nacionalidad haitiana, de 6 meses y 3 años, perdieron la vida en un incendio que además destruyó 15 viviendas y una pensión en el sector Villa Verde. Los niños se encontraban solos al momento del siniestro.

El 15 de diciembre, tres niños, Luisana Florentino (11 meses), Kiron Jarada (3 años) y Jaider De León (4 años), murieron en Cambita Garabitos, provincia San Cristóbal, cuando un incendio consumió su hogar. La madre de los menores había salido a comprar alimentos para la cena.

Estas tragedias han puesto en evidencia un patrón alarmante de descuido por parte de los responsables de los menores, quienes en muchos casos se ausentan para realizar diligencias o actividades personales, dejando a los niños desprotegidos frente a posibles peligros.

Organismos y expertos en la protección infantil han insistido en la necesidad de que los padres y tutores tomen conciencia sobre los riesgos de dejar a los niños solos, especialmente en ambientes inseguros. “Un niño nunca debe estar solo en ningún lugar, es un principio básico de protección”, subrayó un especialista consultado.

El problema no se limita a incendios. También se han registrado muertes de menores por ahogamientos en ríos, lagunas y canales de riego, lo que evidencia una falta de supervisión adecuada. El llamado es claro: garantizar el cuidado permanente de los menores para evitar tragedias que no solo afectan a las familias, sino que también conmocionan y entristecen a toda la sociedad dominicana.