En las imágenes, muchas personas inicialmente pensaron que se trataba de un fenómeno espectacular, sin entender que en realidad se trataba de un grave accidente. La explosión sorprendió a miles de personas que seguían el evento en directo desde diversos puntos del planeta, especialmente en San Antonio, donde varios pobladores lograron capturar el momento.
SpaceX, la compañía detrás del cohete, emitió un comunicado oficial donde explicó que el despegue del vehículo fue “muy precipitado” y “no estaba programado”. En el comunicado, la empresa también indicó que se ha perdido el control total de la nave y que el equipo de SpaceX comenzará a revisar los datos de vuelo para investigar las causas del accidente.
La compañía también mencionó que, a pesar de la tragedia, el objetivo sigue siendo aprender de estos eventos para mejorar la fiabilidad de sus futuras misiones. “El éxito viene de lo que aprendemos”, se señaló en el comunicado, destacando que los datos recolectados durante esta prueba brindarán información clave para mejorar la seguridad en vuelos tripulados, especialmente para futuras misiones lunares.
El incidente ha generado una gran preocupación debido a que SpaceX, que tiene como objetivo principal el transporte de seres humanos al espacio, ahora enfrenta un obstáculo significativo en sus planes para conquistar la exploración lunar. Sin embargo, la empresa ha reafirmado su compromiso de seguir adelante con sus objetivos, aprendiendo de cada experiencia.
El accidente ha dejado una marca negativa en la reputación de SpaceX, pero también ha resaltado la naturaleza riesgosa de los avances tecnológicos en la industria espacial. Las investigaciones continúan y se espera que los resultados ofrezcan más claridad sobre los factores que contribuyeron al desastre.