Roberto Rosario Perdió La Visa De EEUU Por Defender La Dominicanidad

Roberto Rosario, expresidente de la Junta Central Electoral, ha perdido su visa de Estados Unidos por defender la soberanía nacional y la dominicanidad.

Las relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y Estados Unidos datan desde 1844, pero fue en 169 que se formalizó el primer vínculo. Sin embargo, el caso de Rosario pone en evidencia una situación preocupante: a pesar de que la República Dominicana se considera un estado libre, soberano e independiente, su respeto en la arena internacional parece estar en duda.

En una reciente entrevista, Rosario reveló que la cancelación de su visa estuvo relacionada con su firme postura respecto a la soberanía dominicana en temas como el registro civil y la protección de los intereses nacionales, especialmente en lo relacionado con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la nacionalidad de los haitianos. Su defensa de la dominicanidad fue considerada “desafiante” por el embajador estadounidense, quien, según Rosario, lo acusó de mentir.

Este acto de cancelación de visa ha generado controversia en el país, ya que, en lugar de apoyarlo por defender la dignidad nacional, algunos celebraron su pérdida de visa. Sin embargo, Rosario argumenta que, si bien puede no ser popular, su postura estaba guiada por principios patrióticos y el interés de la nación.

El caso resalta la disonancia entre la República Dominicana, como un estado soberano, y la injerencia percibida de figuras diplomáticas extranjeras que parecen sobrepasar los límites de sus funciones. Rosario recordó que, aunque el país mantiene relaciones amistosas con diversas naciones, no se puede permitir que representantes diplomáticos traspasen los límites establecidos por el estatuto de Viena de las relaciones diplomáticas.

En resumen, la situación deja claro que la defensa de la dominicanidad debe ser una prioridad, y que ningún embajador o entidad extranjera debe dictar las pautas de nuestras decisiones internas. La pérdida de la visa de Roberto Rosario es un triste recordatorio de que la soberanía y la dignidad de nuestro pueblo deben prevalecer en todo momento.