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Manuel Cruz ¿Qué Será Lo Que Le Debe Donald Trump A Rusia Hoy En Día?

March 14 , 2025

Washington, D.C. – En medio del complejo panorama político de Estados Unidos, ha resurgido el debate sobre la relación entre el expresidente Donald Trump y Rusia. La reciente publicación de un artículo del periodista Thomas L. Friedman en The New York Times ha avivado las dudas sobre la influencia rusa en la política exterior de Trump y las posibles deudas, económicas o estratégicas, que el exmandatario podría tener con Moscú.

Friedman, reconocido periodista y ganador de tres premios Pulitzer, planteó una interrogante que ha causado gran revuelo: ¿Es posible que Trump sea ingenuo al creer literalmente todo lo que dice Vladimir Putin? La pregunta ha llevado a una serie de análisis sobre el historial del expresidente con Rusia y su postura actual respecto al conflicto en Ucrania.

Los vínculos de Trump con Rusia: un historial extenso

Desde la década de 1980, Trump ha mantenido lazos con la élite política y financiera rusa. En 1986, tras conocer al entonces embajador soviético en EE.UU., Yuri Dubinin, realizó un viaje a Moscú con la intención de construir una Trump Tower en la capital rusa. Años después, en momentos de crisis financiera para su empresa, el expresidente recibió préstamos del Deutsche Bank, entidad que posteriormente fue señalada por presuntos vínculos con la oligarquía rusa.

En 2008, Donald Trump Jr. reconoció públicamente que “una parte significativa” de los fondos de inversión de la Organización Trump provenían de Rusia. Además, la venta de una mansión en Miami a un magnate ruso por 95 millones de dólares, luego de haberla adquirido en 41 millones, levantó sospechas sobre posibles favores financieros de Moscú a Trump.

Trump, Putin y la guerra en Ucrania

Durante su primer mandato, Trump se mostró ambivalente respecto a Rusia, evitando sanciones severas y expresando admiración por Putin. En su actual campaña, ha reiterado que pondría fin al conflicto en Ucrania en cuestión de días, lo que ha sido interpretado como un intento de imponer una “paz cartaginesa”, un concepto de John Maynard Keynes que se refiere a acuerdos de paz en los que el perdedor es humillado y forzado a ceder de manera desproporcionada.

Friedman sostiene que Trump parece alinearse con la retórica del Kremlin, al criticar al presidente ucraniano Volodímir Zelenski y minimizar los crímenes de guerra atribuidos a Rusia. Esta postura ha generado inquietudes dentro y fuera de EE.UU., pues sugiere que, más allá de los intereses nacionales estadounidenses, Trump podría estar promoviendo una agenda que beneficia directamente a Moscú.

¿Un aliado estratégico o una pieza en el ajedrez ruso?

Analistas como Daniel Estulin, autor de La trastienda de Trump, han señalado que la relación entre el expresidente y la élite rusa no es circunstancial, sino una conexión estrecha que ha perdurado a lo largo de los años. La pregunta que muchos se hacen es: ¿Trump actúa por conveniencia económica, por afinidad ideológica o por una deuda aún no esclarecida con Rusia?

Mientras su posible retorno a la Casa Blanca sigue siendo objeto de especulación, la relación entre Trump y Putin se mantiene como un tema central en el debate geopolítico global. La incógnita sobre qué le debe Trump a Rusia sigue sin respuesta, pero las implicaciones de esta relación podrían definir el futuro de la política internacional.