Mujer Denuncia A Inquilino De Su Local En Los Alcarrizos, Tiene 6 Años Sin Pagarle La Renta

Los Alcarrizos, R.D. — Una grave denuncia de abuso e inacción judicial ha sido presentada por la señora Janette Rodríguez, propietaria de un local comercial ubicado en la calle Central esquina Duarte del sector Los Multis, quien asegura que su inquilino, Ramón Damián Encarnación, tiene más de seis años ocupando el inmueble sin pagar un solo peso de renta.

Rodríguez relató que al inicio del contrato, Encarnación cumplía con sus pagos, pero desde hace seis años ha dejado de pagar sin ninguna consecuencia legal efectiva, a pesar de que el caso ya fue llevado a los tribunales y fallado a su favor.

“Tenemos eso en la fiscalía, ya la sentencia salió, pero está para la firma de un juez desde enero y no sale. Eso está encavetado”, expresó visiblemente angustiada.

La propietaria, viuda desde hace cuatro años y con problemas de salud, indicó que ese local es su único sustento económico, de donde obtiene recursos para sus medicamentos y alimentación. “Él entra y sale como si fuera el dueño. Se burla de mí todos los días. Yo no aguanto una semana más”, afirmó entre lágrimas.

Según Rodríguez, Encarnación mantiene una tienda instalada en el lugar y acumula una deuda cercana a los dos millones de pesos. “Eso está en la fiscalía de Los Alcarrizos. Yo construí ese local con mucho esfuerzo, no es justo que la justicia no actúe”.

La denunciante hizo un llamado urgente a las autoridades judiciales y al Ministerio Público para que ejecuten la sentencia y hagan valer la ley. “Después no vengan a lamentar. Él va a tener que darme golpe para sacarme de ahí, porque lo que tengo es desesperación”, advirtió.

Rodríguez manifestó que ha agotado todos los canales legales posibles, incluyendo múltiples visitas a la Fiscalía de Los Alcarrizos, donde asegura que las autoridades reconocen la mora del inquilino pero no han actuado con la debida celeridad. “Parece que aquí hay que tener poder o dinero para que te hagan caso. Yo soy una mujer sola, enferma, y ya no puedo más con esta injusticia”, expresó con impotencia. La situación, según dice, no solo ha afectado su economía, sino también su estabilidad emocional, viviendo en constante ansiedad mientras observa cómo su propiedad es utilizada sin recibir compensación alguna.