Peña Gómez: Legado De Lucha Y Justicia Social A Más De Dos Décadas De Su Muerte

Santo Domingo— A 27 años de su fallecimiento, la figura de José Francisco Peña Gómez continúa marcando profundamente la historia política y social de la República Dominicana. Su vida fue un ejemplo de superación, entrega y compromiso con los más desfavorecidos, cimentando un legado que trasciende generaciones.

Nacido el 6 de marzo de 1937 en la Loma del Flaco, en la provincia Valverde, Peña Gómez emergió de la pobreza y la exclusión para convertirse en uno de los líderes de masas más influyentes del siglo XX en el país. Su infancia estuvo marcada por el trabajo desde temprana edad: a los ocho años ya laboraba en una tienda de abarrotes y luego en un bar, fue zapatero y aprendiz de barbero. Su esfuerzo incansable y su voraz apetito intelectual lo llevaron a convertirse en instructor de alfabetización a los 15 años y posteriormente en maestro de escuelas rurales.

En 1959, se trasladó a Santo Domingo, donde inició estudios en radiodifusión. Su voz y talento lo llevaron a los micrófonos deportivos, conectándolo con el pueblo. Luego expandió su formación política en instituciones de renombre: San José (Costa Rica), San Juan (Puerto Rico), Harvard, Michigan y La Sorbona de París, donde obtuvo doctorados en derecho constitucional y ciencias políticas.

Peña Gómez no solo fue un académico brillante, sino un defensor apasionado de la democracia. Como líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fue figura clave en las victorias presidenciales de Antonio Guzmán en 1978 y Salvador Jorge Blanco en 1982. Su elección como síndico del Distrito Nacional en ese mismo año lo consolidó como el líder popular más carismático de su época.

A nivel internacional, Peña Gómez fue vicepresidente de la Internacional Socialista y presidente del Comité Latinoamericano de la IS, elevando la presencia del país en los debates democráticos globales.

Su lucha no estuvo exenta de adversidades. En 1994, fue diagnosticado con cáncer pancreático, enfermedad que enfrentó con valentía hasta su fallecimiento el 10 de mayo de 1998 en Cambita Garabitos, San Cristóbal. Su despedida fue multitudinaria: durante tres días, miles desfilaron ante su féretro en el Estadio Olímpico, y una marea humana acompañó su sepelio.

En homenaje a su memoria, el Aeropuerto Internacional Las Américas fue renombrado como Aeropuerto Internacional Las Américas Doctor José Francisco Peña Gómez.

“Yo amo a mi pueblo, a mi país. A lo largo de toda mi vida he pagado un precio por eso… Pero yo los perdono”, expresó alguna vez, reflejando su inquebrantable espíritu de conciliación y amor por la patria.

Hoy, Peña Gómez es recordado como un símbolo de lucha por la justicia social, la democracia y la dignidad humana. Su legado permanece vivo en las aspiraciones de una sociedad más equitativa e inclusiva.