“Macron Y Su Segundo Pecosón: ‘A él Le Gusta Que Le Den’”

Lo que debía ser una importante visita diplomática a Vietnam terminó convertido en un espectáculo viral para el presidente francés Emmanuel Macron. Todo por un manotazo que, según captaron cámaras internacionales, le propinó su esposa Brigitte al bajar del avión presidencial. El gesto, que ha desatado una ola de reacciones en redes sociales, fue minimizado por el Palacio del Elíseo, que primero alegó que se trataba de un montaje generado por inteligencia artificial y luego lo calificó como “un juego entre esposos”.

Sin embargo, el comportamiento de ambos alimentó más sospechas que certezas. Brigitte evitó tomar el brazo que su esposo le ofrecía mientras descendían la escalinata, y su gesto serio contrastó con la sonrisa nerviosa de Macron ante las cámaras. Usuarios han recordado que no es la primera vez que el mandatario es sorprendido en episodios similares, y algunos incluso aseguran que “parece que le gusta que le den”.

En medio del bochorno, analistas han advertido que si la situación hubiese sido a la inversa con Macron golpeando a su esposa, el escándalo habría alcanzado niveles insostenibles, exigiéndose su renuncia inmediata. Mientras tanto, la cumbre económica con China y los temas arancelarios quedaron en un segundo plano frente al “pecosón presidencial” que recorrió el mundo entero en cuestión de horas.

El episodio ha reabierto debates sobre los límites del comportamiento en público de figuras de alto perfil, especialmente cuando se trata de relaciones de pareja en el poder. Aunque la versión oficial intenta restar importancia al incidente, la contundencia del gesto y la reacción distante de Brigitte han llevado a muchos a cuestionar si hay tensiones más profundas entre el matrimonio presidencial francés. Medios internacionales han analizado el video cuadro por cuadro, mientras los memes y comentarios no han parado de circular.

En paralelo, expertos en comunicación política consideran que Macron ha quedado en una posición incómoda. En lugar de liderar la avanzada diplomática de la Unión Europea ante China, como estaba previsto, su imagen ha sido opacada por el escándalo doméstico. Algunos opinan que este tipo de situaciones, por insignificantes que parezcan, erosionan la autoridad simbólica de los líderes en momentos clave.