Gobierno de Trump veta visas de turismo para ciudadanos de Cuba y Venezuela.
En una nueva proclamación presidencial que ha generado controversia en círculos diplomáticos y migratorios, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, anunció la prohibición de entrada al país de ciudadanos provenientes de Cuba y Venezuela con visas de turismo, negocios, estudio e intercambio cultural.
La medida forma parte de una política migratoria más estricta que el mandatario ha resucitado tras el reciente ataque terrorista en Colorado, citando la necesidad de reforzar la seguridad nacional y evitar el ingreso de personas que no puedan ser debidamente evaluadas por las autoridades estadounidenses.
Trump justificó la inclusión de visas de turismo a Cuba y Venezuela en esta nueva lista de países con restricciones migratorias, afirmando que Cuba es un estado patrocinador del terrorismo, que no coopera de manera efectiva con los organismos de seguridad estadounidenses ni comparte información policial clave.
En el caso de Venezuela, señaló que el país suramericano carece de una autoridad gubernamental legítima capaz de emitir documentos confiables como pasaportes o certificados civiles, lo que imposibilita los procesos de verificación de identidad y antecedentes.
Además de Cuba y Venezuela, la proclamación abarca a una docena de países con restricciones totales de entrada y otros siete con restricciones parciales, marcando un endurecimiento significativo de la política migratoria que caracterizó al primer mandato de Trump.
La medida de las visas, entra en vigor este lunes a la medianoche, y aunque habrá excepciones para ciertos grupos —como residentes permanentes, personas con doble nacionalidad que ingresen con pasaportes de países no afectados, y aquellos con visas válidas antes de la fecha de entrada en vigor—, el veto afectará directamente a miles de solicitantes que se encontraban en proceso de obtención de visas.
Uno de los sectores más impactados serán las familias separadas por procesos migratorios, especialmente quienes esperaban entrevistas consulares para visas de inmigrante por reclamación familiar. Las nuevas reglas también dificultan los trámites para hermanos de ciudadanos estadounidenses, esposos e hijos menores de 21 años de residentes legales, e incluso para hijos adultos de ciudadanos estadounidenses.
Las autoridades consulares requerirán ahora pruebas documentales estrictas que demuestren relaciones familiares inmediatas, lo cual podría complicar aún más los ya lentos y burocráticos procesos migratorios.
Diversas organizaciones de defensa de los derechos de los migrantes, así como abogados de inmigración, han reaccionado con preocupación ante la proclamación. Según han explicado expertos legales, esta acción podría enfrentar demandas judiciales, especialmente por su amplitud y por el hecho de que afecta a poblaciones vulnerables y solicitantes que han esperado durante años en trámites legales.
Algunos incluso han calificado la medida como una “nueva versión del veto musulmán” de 2017, pero ahora enfocada en países latinoamericanos y caribeños.
La proclamación llega en un momento de creciente tensión regional por los temas migratorios y refleja la línea dura que Trump ha prometido adoptar si regresa al poder.
Mientras tanto, las embajadas y consulados en los países afectados se preparan para una avalancha de cancelaciones, reprogramaciones y protestas por parte de solicitantes cuyas expectativas de reunificación familiar, estudios o intercambios culturales han quedado, al menos temporalmente, en suspenso.
