Según la funcionaria, más de 5.7 millones de personas —la mitad de la población del país— necesitan asistencia alimentaria urgente, mientras que dos millones se encuentran en las dos categorías más graves de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), la herramienta internacional que mide el hambre en el mundo.
De ellos, 8,500 personas están en fase 5, la más crítica, lo que significa que enfrentan condiciones de hambruna, miseria y riesgo inminente de muerte. “Es realmente dramático tener esta situación en el hemisferio occidental”, lamentó Castro.
La crisis humanitaria se agudiza en un contexto de inestabilidad política y violencia generalizada. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, las pandillas han tomado control del 85% de la capital y avanzan hacia zonas rurales, mientras la ausencia de gobierno ha dificultado toda respuesta estatal.
A pesar del arribo de una misión de seguridad liderada por Kenia y respaldada por la ONU, el despliegue es limitado y con graves problemas de financiamiento, operando con menos de la mitad del personal previsto.
El PMA, la organización humanitaria más grande del mundo, ha sufrido fuertes recortes financieros, especialmente desde Estados Unidos, su mayor donante.
Hasta marzo, la agencia logró asistir a 1.3 millones de personas con fondos remanentes de 2023, pero ahora solo tiene alimentos disponibles hasta julio, sin capacidad de respuesta ante nuevos desplazamientos o la inminente temporada de huracanes. “Por primera vez en cuatro años, enfrentamos esta temporada con almacenes vacíos”, advirtió Castro.
La agencia también alertó sobre el impacto en la niñez. El PMA proporciona una comida diaria a medio millón de escolares haitianos, pero sin nuevos fondos, ese número se reducirá a la mitad. Con los 46 millones solicitados, el organismo planea garantizar alimentación para los más vulnerables, comidas escolares y protección social en campamentos de desplazados.
“Una sola tormenta podría empujar nuevamente a cientos de miles de personas a una catástrofe humanitaria. Haití no puede seguir siendo olvidado mientras el mundo atiende otras crisis”, exhortó Castro, llamando a los donantes internacionales a actuar con urgencia y solidaridad.