Un hombre brasileño fue sometido a una delicada cirugía para extraerle 35 cálculos renales, conocidos como piedra en los riñones, alojados en su vejiga, luego de años consumiendo entre dos y tres litros diarios de bebidas azucaradas, especialmente Coca-Cola, y con muy poca ingesta de agua. El paciente, cuya identidad no fue revelada, fue tratado en el Hospital Municipal de Capinópolis por el urólogo Thales Franco de Andrade.
El especialista explicó que este patrón de consumo alteró el pH de la orina del paciente, facilitando la formación de cálculos de oxalato y fosfato de calcio. El médico compartió imágenes del procedimiento en su cuenta de Instagram, donde el video superó los ocho millones de reproducciones y generó un intenso debate sobre los efectos de los refrescos en la salud renal.
Los cálculos renales pueden provocar infecciones urinarias, dolor intenso y, si no se tratan a tiempo, comprometer la función del riñón. Por ello, los médicos hacen un llamado a la población a priorizar la hidratación con agua —al menos 2.5 litros al día— y evitar el exceso de bebidas azucaradas. “Este caso demuestra las consecuencias reales de malos hábitos sostenidos en el tiempo”, advirtió Franco de Andrade.
Piedra en los riñones
Las piedras en los riñones, también conocidas como cálculos renales o nefrolitiasis, son depósitos duros formados por minerales y sales que se acumulan dentro de los riñones. Estas piedras se desarrollan cuando la orina contiene altas concentraciones de sustancias como calcio, oxalato y ácido úrico, que pueden cristalizar y unirse, formando pequeñas masas sólidas.
El tamaño de los cálculos puede variar desde diminutos granos de arena hasta piedras del tamaño de una pelota de golf, y pueden alojarse en diferentes partes del tracto urinario.
Los cálculos renales pueden causar dolor intenso, especialmente cuando se desplazan por el uréter (el conducto que lleva la orina del riñón a la vejiga). Además del dolor, otros síntomas comunes incluyen sangre en la orina, náuseas, vómitos y necesidad frecuente de orinar. El tratamiento varía según el tamaño y tipo de cálculo, e incluye desde aumento en el consumo de agua hasta medicamentos o procedimientos quirúrgicos. La prevención se basa principalmente en una buena hidratación y en una dieta equilibrada baja en sodio y azúcares añadidos.
