Santo Domingo.– La crisis en Haití alcanzó un nuevo nivel de gravedad este lunes, luego de que líderes de pandillas, incluido Barbecue, emitieran un llamado a no salir a las calles, en un escenario que algunos analistas califican como una declaratoria de guerra abierta en el país vecino.
Según comentarios de expertos y periodistas locales, los ataques recientes incluso alcanzaron la embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe, donde marines estadounidenses se encontraban custodiando la sede diplomática, rompiendo con la percepción de que los ciudadanos y territorios estadounidenses estaban a salvo. Esto, según las fuentes, marca un “punto crítico” que requiere una intervención directa y decidida de Washington.
El caos incluye quemas de fábricas y saqueos de lo poco que quedaba de infraestructura económica en el país, mientras las fuerzas policiales haitianas, dependientes de apoyo internacional, siguen limitadas por falta de recursos y pagos pendientes. Analistas advierten que la inacción prolongada podría consolidar el control de las pandillas, dejando a la población sin opciones de seguridad o gobernanza.
“Lo poco que le quedaba de esperanza a los haitianos se perdió, y está en manos de Estados Unidos recuperarla”, aseguró uno de los comentaristas, instando a que se suministren recursos, armamento y personal capacitado para fortalecer a las autoridades haitianas y frenar la expansión de la violencia.
El llamado también resalta la preocupación de República Dominicana, que mantiene reforzada la seguridad en la frontera ante posibles efectos colaterales de la crisis, mientras la comunidad internacional observa la situación que amenaza con escalar en un conflicto regional de difícil contención.