Santo Domingo. – En medio de un ambiente político visiblemente activo, diversos sectores de la sociedad han solicitado a los partidos políticos detener lo que califican como un “proselitismo inoportuno” en pleno mes de diciembre, alegando que la población merece disfrutar la Navidad sin el constante ruido electoral.
En los últimos días, se han observado jornadas de afiliación, manifestaciones, juramentaciones y hasta lanzamientos de precandidaturas, acciones que revelan un dinamismo político fuera de tiempo y que mantienen al país bajo un “bombardeo” permanente de promoción partidaria. Las redes sociales también reflejan esta efervescencia, mostrando actividades que muchos consideran anticipadas y agobiantes.
Ante este panorama, dirigentes comunitarios y figuras públicas han hecho un llamado a la clase política para que otorgue una tregua navideña. Durante una intervención pública, uno de ellos instó a dejar de lado los colores partidarios y enfocarse en la paz, la armonía familiar y el espíritu de unidad que caracterizan estas fechas. Incluso, como gesto simbólico, se quitó su boina partidaria para colocarse un gorro navideño, destacando que “el pueblo dominicano no merece tener una campaña política en plena Navidad”.
Los sectores que alzan la voz recuerdan que, conforme a la ley, la precampaña no inicia sino hasta julio de 2027, por lo que consideran exagerado el nivel de activismo que se registra actualmente en todos los partidos. Aseguran que este “desespero político” afecta el clima social y desvirtúa el verdadero sentido de la época navideña.
Finalmente, hicieron un llamado a la reflexión, pidiendo a las organizaciones políticas bajar el tono y permitir que las familias dominicanas celebren unas fiestas en tranquilidad, sin presión electoral ni proselitismo anticipado.
Diversos analistas políticos coinciden en que este activismo fuera de temporada responde a la lucha interna por posicionamiento dentro de los partidos, donde aspirantes y dirigentes buscan ganar visibilidad desde temprano. Sin embargo, advierten que esta práctica erosiona la confianza ciudadana y crea la percepción de que la clase política prioriza sus intereses por encima del bienestar colectivo.
Señalan que insistir en actividades proselitistas durante una época tradicionalmente dedicada a la unión y la celebración familiar solo intensifica el cansancio social tras un ciclo electoral reciente.