En medio de la devastación causada por el huracán Helene, un padre llamado David Jones demostró el profundo amor por su hija al emprender un arduo viaje de Carolina del Sur a Tennessee para asistir a su boda. Lo que normalmente sería un trayecto de dos horas se convirtió en un agotador recorrido de doce horas debido a las difíciles condiciones del camino.
“Solo fui a la parte trasera de mi auto, agarré mi mochila y me fui a pie”, relató Jones en una entrevista con Good Morning America, de ABC News. Su travesía no fue fácil; los caminos estaban obstaculizados por árboles caídos y escombros, lo que transformó su caminata en un verdadero desafío. “Me hundí en el barro, como si fueran arenas movedizas hasta las rodillas… no podía moverme, pero lentamente logré avanzar hasta llegar a terreno firme”, contó Jones.
En medio de su viaje, un policía local lo ayudó, llevándolo más cerca de su destino. El oficial le preguntó: “¿Es usted el que trata de llegar a la boda de su hija?”, después de que la comunidad empezara a conocer su valiente esfuerzo. Finalmente, Jones llegó el sábado 28 de septiembre por la mañana, justo a tiempo para ducharse y asistir a la ceremonia en una iglesia local.
Elizabeth Marquez, la novia e hija de David, expresó su emoción al enterarse de lo que su padre había atravesado para llegar a la boda: “Me acompañó al altar; no fue sino hasta la recepción que explicó lo que había pasado”, relató Marquez. “Fue una montaña rusa emocional para mí, porque amo mucho a mi papá”, agregó, visiblemente conmovida.
El sacrificio y la perseverancia de David Jones se han convertido en una historia inspiradora que resalta el poder del amor familiar en tiempos de adversidad.