Una mujer de 33 años, identificada como Treisi Severino, denunció este lunes ante la Fiscalía del Distrito Nacional haber sido víctima de graves maltratos físicos por parte de su expareja, Pascual Ovalle, alias Chapa, de 31 años, en un hecho ocurrido el pasado domingo.
Según relató la denunciante, pese a llevar tres meses separada de su agresor y a existir una orden de arresto en su contra por episodios de violencia previos, el hombre se presentó en el sector La Ciénaga, donde la obligó a subir a un vehículo contra su voluntad.
Severino explicó que, una vez bajo su control, Ovalle la agredió físicamente, propinándole golpes con un tubo de acero en distintas partes del cuerpo, causándole lesiones que requirieron atención médica. La mujer manifestó temor por su vida y cuestionó que, a pesar de las denuncias anteriores, su agresor continúe en libertad.
El caso fue formalmente depositado ante el Ministerio Público, que inició las diligencias correspondientes para la localización y sometimiento a la justicia del acusado, mientras organizaciones y comunitarios reiteran el llamado a reforzar la protección a las víctimas de violencia de género y a garantizar el cumplimiento efectivo de las órdenes judiciales.
Violencia en RD
La violencia intrafamiliar continúa siendo una de las problemáticas sociales más persistentes en la República Dominicana, con un impacto directo en mujeres, niños y adultos mayores. A diario se registran denuncias por agresiones físicas, psicológicas y verbales, muchas de ellas cometidas por parejas o exparejas, incluso en contextos donde ya existen órdenes de alejamiento o procesos judiciales en curso. Organismos de protección advierten que el temor a represalias, la dependencia económica y la normalización del maltrato siguen siendo barreras que impiden a muchas víctimas denunciar a tiempo.
Pese a los esfuerzos institucionales y campañas de concienciación, especialistas señalan que la respuesta sigue siendo insuficiente frente a la magnitud del problema. La falta de seguimiento efectivo a las denuncias, la reincidencia de agresores y la debilidad en los sistemas de prevención mantienen en alerta a la sociedad. Diversos sectores coinciden en la necesidad de fortalecer la educación emocional, la protección a las víctimas y la aplicación rigurosa de la ley para frenar un ciclo de violencia que continúa cobrando vidas y dejando profundas secuelas en los hogares dominicanos.

La decisión se produjo luego de un largo recorrido judicial en distintas instancias del sistema de justicia puertorriqueño. Además de la muerte de Santos, en el siniestro resultó gravemente herido Keven Monserrate Gandía, quien sobrevivió con serias secuelas. Tras concluir la vista, alguaciles del tribunal procedieron de inmediato a trasladar a Nevárez Torres para cumplir la sentencia impuesta.